domingo, 24 de julio de 2011

tengo que escapar...

…tengo que escapar!










Joder, ¿es que no les oyes?


estas atrapado

dicen que no hay futuro para ti
pero no les creas... no dejes que te convenzan de ello,

rebélate, maldice, insulta, grita hasta quedarte sin voz

expulsa hasta el último gramo de rabia hasta acabar con tu cuerpo agotado, molido, con los nudillos desollados 



deja las punteras de tus zapatos destrozadas de tanto correr, golpear, patalear, 
busca y encuentra una salida 
(confia en mí, siempre hay una)

¿por qué nos presionan? 
¿por qué nos arrinconan? 
¿por qué nos amenazan? 
¿por qué quieren condicionarnos?
¿por qué no apoyan las decisiones propias o cuanto menos las valoran?
¿por qué no tenemos derecho igual que ellos a equivocarnos? ¿a cometer errores?
¿por qué intentan minar nuestra confianza?
¿por qué no muestran un poco de comprensión?


La de veces que me he hecho todas estas preguntas desde chaval, y aún no he encontrado las respuestas…

 Todo sigue siendo lo mismo, intentan condicionarte, dirigirte, aconsejarte pero mirando su punto de vista y no el tuyo
 
¿quién tiene derecho a decidir qué es lo correcto o lo mejor para tí?

Que yo sepa nadie ha estado libre de dudas, de errores, de equivocaciones en la vida

 por tanto no se tendría que dar consejos “obligados” con autosuficiencia, con intención de creerse en posesión de la verdad, nadie tiene derecho a manipularnos, y mucho menos a condicionarnos, a presionarnos para que cambiemos de rumbo cuando tenemos la intención de realizar un “sueño”
Y no digo que no sea necesario y recomendable dejarse aconsejar, mirar las cosas desde diferentes ángulos y perspectivas, aceptar las experiencias de quien las ha vivido para intentar no hacernos daño o que sea menor si lo intentamos, 
pero esto solo podría ser bueno si quien nos aconseja puede empatizar con nosotros, intenta ver los motivos por los que queremos realizarlos, que comprenda que si no conseguimos nuestro objetivo o por lo menos no luchamos por llegar hasta él,  estaremos renunciando al fin mas importante que tiene una persona:
 tratar de llenar el espíritu, incompleto desde que nacemos, persiguiendo unos sueños que nos completarán, haciéndonos llegar a ser nosotros mismos,  sueños que no importa cuando o a qué edad se realicen, ni siquiera si son alcanzados al fin.
Lo importante realmente es no abandonarlos jamás, no dejar que se nos borre la ilusión por conseguirlos, que no haya nada que nos impida avanzar hasta ellos…
y cuando llegue algo o alguien tratando de detenernos, (créeme, llegará), queriendo que cambiemos de camino, intentando convencernos para que abandonemos esos sueños y que nos convirtamos en adultos grises, rendidos, abatidos, sin vida, amargados por renunciar a todo lo que amaban, que incluso han olvidado lo que les hacía levantarse cada mañana, hasta las mas simples y geniales cosas de la vida, sonreír, pelear, amar, ser libres...


en ese momento de duda, 
solo tenemos que recuperar poco a poco el aliento, reunir fuerzas,
levantar la cabeza, mirar de nuevo a nuestro "sueño"
maldecir con rabia, 
y pegar un salto 
para volver a intentarlo de nuevo, 
con más ritmo que antes,
con mas ganas de pelea...
   Jamás hay que dejar que nadie nos detenga, que ¡¡¡¡nadie!!! nos convenza que las estrellas que miramos en el cielo no son lo que queremos ver o lo que deseamos que sean…



…y si hay alguien que esto no lo entienda…






que le dén








Mejor dejemos de soñar con una vida tranquila,
porque es la que nunca conoceremos.
Y sal corriendo de ese autobús sin rumbo,
porque son pocos los días alegres.

Y deja de disculparte,
por las cosas que nunca has hecho,
porque el tiempo es corto y la vida es cruel,
pero es cosa nuestra cambiar
¡este pueblo llamado malicia!

Filas y filas de camiones lecheros abandonados,
muriéndose en la lechería.
Y centenares de amas de casa solitarias
se abrazan a botellas vacías.
Colgando sus viejas cartas de amor en la cuerda de tender.

Es suficiente para hacerte dejar de creer,
cuando las lágrimas caen sin parar,
¡en un pueblo llamado malicia!

Lucha tras lucha, año tras año.
El ambiente es de hielo picado.
Soy casi un cadaver frío.
¡en un pueblo llamado malicia!

La fe en el roastbeef del domingo de toda la calle,
se frustra contra la cooperativa.
O bien se ahorra en cerveza o en el material escolar de los niños.
Es una gran decisión, ¡en un pueblo llamado malicia!

El rastro de un camión cisterna,
hace eco por mi camino, de momento sin destino,
sólo doy vueltas sin parar.
Juegos de niños y columpios que chirrian,
risas perdidas en la brisa.
Podría seguir durante horas, y probablemente lo haré,
pero antes habré puesto algo de diversión,


¡en este pueblo llamado malicia 






"Town Called Malice'' 

The Jam
Letra y música  Paul Weller

























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