punto.
Ha sido mi sangre,
mi alma,
mi fuerza,
es lo que me ha hecho recorrer la vida,
multitud de caminos,
como los trastes de mi guitarra,
arriba y abajo, subiendo y bajando,
buenos tiempos y malos tiempos...
En fin, muchos viajes.
Sé que esto va llegando a su fin...
pero no estoy apenado.
He gastado mi vida en cosas simples
pero importantes:
en mi música,
en mi familia,
en mis buenos amigos,
en reírme hasta caerme al suelo,
en amar siempre que he podido
y sin querer dañar.
Jugué con las cartas que me tocaron y
creo que lo hice siempre como me enseñaron
mis queridos padres: con dignidád,
a pesar de no ganar siempre...
No sé cuándo dejaré este mundo
tan cruel y maravilloso,
pero las suelas de mis zapatos
han recorrido tantos kilometros
que de tan desgastadas
casi transparentan los calcetines,
y mis trajes aunque todavía lucen bien,
con clase,
ya estan algo descoloridos
por el polvo del camino,
por los infinitos abrazos que dí,
por las peleas que combatí,
y por la mucha música que disfruté en
garitos de todo tipo.
Eso sí, los bolsillos de mis pantalones
aún están llenos,
con mucho mas blues y sonrisas que regalar…
No, no tengo ni idea de cuándo mi alma,
mi fuerza,
es lo que me ha hecho recorrer la vida,
multitud de caminos,
como los trastes de mi guitarra,
arriba y abajo, subiendo y bajando,
buenos tiempos y malos tiempos...
En fin, muchos viajes.
Sé que esto va llegando a su fin...
pero no estoy apenado.
He gastado mi vida en cosas simples
pero importantes:
en mi música,
en mi familia,
en mis buenos amigos,
en reírme hasta caerme al suelo,
en amar siempre que he podido
y sin querer dañar.
Jugué con las cartas que me tocaron y
creo que lo hice siempre como me enseñaron
mis queridos padres: con dignidád,
a pesar de no ganar siempre...
No sé cuándo dejaré este mundo
tan cruel y maravilloso,
pero las suelas de mis zapatos
han recorrido tantos kilometros
que de tan desgastadas
casi transparentan los calcetines,
y mis trajes aunque todavía lucen bien,
con clase,
ya estan algo descoloridos
por el polvo del camino,
por los infinitos abrazos que dí,
por las peleas que combatí,
y por la mucha música que disfruté en
garitos de todo tipo.
Eso sí, los bolsillos de mis pantalones
aún están llenos,
con mucho mas blues y sonrisas que regalar…
me llegará la hora,
y diablos espero que sea
más tarde que pronto...
Pero ¿sabes? tengo algo muy claro:
Sé con seguridad que cuando me vaya
lo haré abrazando mi guitarra y a mi Blues
Con el Blues nací
Con el Blues viví apasionadamente
Y con mi viejo y querido amigo Blues…
me marcharé
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